¡CARLOS ES DEL MUNDO !
El jueves 22 de noviembre de 1973 empecé a conocer al Carlos García internacional. Era la inauguración del Primer Mundial de la FEMBA, hoy reconocido como la XXII Copa Mundial.
Con el estadio de Managua inutilizado, Carlos, para quien si mientras más grande era el problema, más espectacular era la solución, usó múltiples sedes: León, Granada, Masaya, Chinandega, Tegucigalpa en Honduras y San José de Costa Rica. La ceremonia inaugural fue realizada en Granada, corazón del cisma beisbolero, firmemente del lado de la Liga Esperanza y Reconstrucción, me imagino que por razones logísticas y porque Carlos quiso establecer algún puente de comunicación.
Uno de los discursos sería de William “Dutch” Fehring, presidente de la federación de Estados Unidos, ex Grandes Ligas de un solo turno al bate y para entonces ferviente “amateurista”. Carlos me pidió que tradujera, y además me encomendó una misión imposible: “decile que no me mencione, dale una leve explicación. Al menos hacé que esa mención sea muy breve”.
Por supuesto, Dutch no me hizo caso. Al oir el nombre de Carlos, una cascada de estruendosos abucheos descendió sobre el estadio, y los ojos de Fehring se humedecieron. “No comprendo. No se por qué ellos no comprenden a Carlos, a la clase de dirigente que es. No comprendo”, repetía.
Una de las características de Carlos (foto con el ejecutivbo de MLB McPhail) era ser fiel y de palabra fuera de Nicaragua (con la posible excepción de la consecución del Mundial de 1972). En Nicaragua pensaba que pegar primero era vital contra quienes le adversaban… sólo que iba dos pasos más adelante.
A NUESTROS AMIGOS DEPORTISTAS
Nuestro saludo sincero para todos ustedes y nuestro deseo es que gocen de salud y completa paz espiritual junto con sus hijos, familiares y que este mensaje sea de aliento y bienestar.
Sabemos que han pasado muchos años en los que hemos aprendido mucho y hay que corregir los errores y mejorar en todo, y que esto sea por el ansia de superación en todos los actos de nuestras vidas, si es que queremos dejarle a los que nos siguen un legado de eficiencia, amor y deber cumplido, lo que será nuestra mejor herencia, así lo dispusimos al iniciar nuestra carrera deportiva y nuestros actos estarán siempre cobijados por este noble propósito que deberá significar nuestras intenciones de hacer siempre lo mejor. Este será nuestro lema y nos conducirá hasta que Dios disponga otra cosa. Este es nuestro deseo y nos guiará hasta el final.
Gracias.
